jueves, 25 de agosto de 2011

El pan nuestro de cada día

Hacía rato que no andaba en colectivo. Como la cosa viene bien, ahora tengo una moto para ir al trabajo. Igualmente, los días de lluvia o cuando tengo asegurado el viaje de regreso, voy en colectivo. Uno de esos días, dos señoras en el asiento delantero al mío conversaban sobre temas tan diversos como los nietos, los capítulos de las novelas y alguna novedad del vecindario. En ese mar de palabras apareció el tema del precio del pan.

Una de las señoras le dijo a la otra: ¿Viste cuanto sale el kilo de pan? En la radio dijeron hoy que va a aumentar hasta 8 pesos. ¡Qué barbaridad!. La otra, con menor exclamación admitió que había escuchado la noticia, pero en vez de alarmarse, le informó que hacía rato que venía escuchando esos augurios y, sin embargo, a la vuelta de su casa el kilo de pan seguía costando 4,5 pesos. Ahhhh!!!, respondió la alarmista. Si puede ser, admitió luego. La verdad que en mi barrio tampoco aumentó, terminó confirmando.

Aclaró aquí, que algunas de las reflexiones que vienen a continuación fueron hechas en conjunto con compañeras de estudio en un curso que estamos haciendo juntas y formó parte de un trabajo. Creo que es válido decirlo para hacer justicia con el tiempo que las demás personas le dedicaron al trabajo.

En principio, se me ocurrió que podía ser una mentira más de la que los medios utilizan para pegarle al gobierno, pero me pareció que había que darles una oportunidad a los colegas de la comunicación. Miré los diarios y comprobé que tal cual lo decía la señora, el precio del pan había sido protagonista de las tapas durante tres meses. La primera aparición en escena fue en agosto de 2010, para reaparecer luego en abril, mayo y junio de 2011.

El precio

El precio, según las teorías de mercado, es hijo de la discusión entre la oferta y la demanda. Así, que para explicar el precio del pan podríamos remitirnos a ver que pasó con esos dos factores. Digamos en principio que la cantidad de dinero que las familias destinan a la compra del pan, es el flujo nominal y la cantidad de kilos producidos por las empresas panificadoras el flujo real. Es de esta relación entre oferta y demanda de dónde surge el precio del pan.

Veamos entonces algunos datos sobre la evolución del precio del pan en la ciudad de Paraná durante un año, para tomar un parámetro. Según el Indice Autoponderado de Precios de la Dirección de Estadísticas y Censos de la provincia, ascendió de 4,20 pesos en enero de 2010 a 6,12 en enero de 2011. Así, la variación en el precio fue de un 45,7% en un año, presentándose el primer incremento a 5,16 pesos en agosto y el segundo a 6,12 en septiembre. Ahora, para poder explicar esta suba debemos entonces analizar que sucedió con la oferta y la demanda del producto en el mercado de los panificados durante este año.

La demanda

En cuanto a la demanda, según un informe de productos panificados consultado en la página del Ministerio de Agricultura de la Nación, sabemos que anualmente se producen en el país 3,5 millones de toneladas de productos panificados, de las cuales 94% corresponden al pan tradicional de panadería y 6% al pan industrial. En 2010, el consumo anual per cápita en la Argentina se estimó en 70,6 kilos para el pan tradicional de panadería y en 4,6 para el pan industrial -pan de molde y bollería. Es decir, que el consumo se mantuvo dentro de los parámetros esperados.

También podemos señalar que durante el año 2010 las ventas minoristas de pan industrial alcanzaron en Argentina los 1.400 millones de pesos, un 13% más que en 2009. Sin embargo, los formatos industriales representan solo el 14% del total de las ventas minoristas de pan en el país (respecto al valor), representando aún el pan tradicional la vasta mayoría de las ventas.

Aún sin tener datos de las ventas del pan tradicional, podemos inferir que subieron respecto al año anterior y, si el consumo del producto se mantuvo dentro de los parámetros normales, es dable decir también que parte de la suba en las ventas es también debido al aumento del precio. Igualmente, esto quiere decir que hay dinero disponible e interés por parte de las familias para adquirir este producto, lo cual nos lleva a indagar qué pasó con los salarios en ese período.

En el Informe Económico Nº 73 del Ministerio de Economía de la Nación, dice que el empleo y los ingresos familiares sufrieron una recuperación positiva en 2010 respecto a 2009. Hasta el tercer trimestre de 2010 el crecimiento del salario nominal era de 24,8% anual. De esta forma, podemos decir que el consumo sufrió un aumento relativo debido a un mayor poder adquisitivo, lo cual podría explicar hasta cierto punto la suba del precio, pero comparativamente no lo justifica porque subió casi el doble que los salarios, porcentualmente hablando.

La harina que nos alimenta

Veamos que ocurre con la oferta del producto. Las voces que reclamaban por el tema del precio en los medios de comunicación, provenían en su mayoría de las asociaciones que agrupan a los panaderos, quienes atribuyen los incrementos al precio y escasez de la harina. Notemos que este es un insumo fundamental para elaborar el pan tradicional, ya que representa entre un 55 y 90% de los insumos principales. Igualmente, vimos que la producción no presentó una disminución durante el año 2010.

Respecto a la harina entonces, asumamos en principio, que las panaderías tradicionales tienen un poder de compra y capacidad de stock limitada en comparación con las empresas industriales. Analicemos ahora que pasó en el mercado de la harina de trigo, que en 2010 alcanzó alrededor 4,6 millones de toneladas de producción a nivel país, sin modificaciones considerables en cuanto a volumen respecto de 2009. El destino del insumo fue 19% para exportación y 81% para el mercado interno (3,8 millones de toneladas). De lo consumido internamente, se estima que el 69,7% se utilizó en la elaboración de pan. En Entre Ríos, si bien existen molinos harineros, el porcentaje que representa a nivel país no tiene mayor incidencia en el mercado.

El trigo

Referente al trigo, y según el Sistema Integrado de Información Agropecuaria, en la campaña 2010/2011 se alcanzó un rinde de 14.722.249 toneladas a nivel país, sufriendo una recuperación respecto de las dos campañas anteriores que alcanzaron alrededor de 8 millones de toneladas cada año. En Entre Ríos la producción de este cereal para la campaña 2010/2011 fue 1.093.970 toneladas, es decir un 7,4% de la producción nacional. Tengamos en cuenta que este porcentaje osciló en los últimos 10 años entre 3% y 6%, siendo una excepción la campaña 2009/2010, donde a nivel nacional los rindes fueron muy bajos y en Entre Ríos fueron excepcionales, alcanzando un 16,2% de la producción nacional.

Señalemos aquí, que aún nos faltarían datos para saber porqué existe escasez de harina de trigo en el mercado y la consecuente suba del precio, ya que si bien existió baja producción de trigo a nivel nacional durante la campaña 2008/2009 y 2009/2010, esto no parece repercutir en la molienda para la producción de harina, que se mantuvo en niveles normales durante 2009 y 2010. Además la producción de trigo se recuperó en la campaña posterior y Entre Ríos fue excepción en el momento de la baja con una cosecha record. De esta forma, la escasez no parece estar en relación con problemas de producción, aunque no hemos hablado hasta aquí de la evolución en los precios de estos insumos, ya que tanto el trigo como la harina para este fin se encuentran subsidiados por el Estado.

Otros factores

Deberíamos agregar a en este caso, el precio de la mano de obra y los alquileres, otros de los factores mencionados por los panaderos a la hora de justificar el precio del pan. En cuanto a salarios, en abril de 2010 se firmó un acuerdo en el Ministerio de Trabajo entre los representantes de trabajadores e industrias del sector para aumentar en un 16% los sueldos de los empleados lo largo del año. Los incrementos se dieron en abril y agosto.

Por otra parte, según datos de Estadísticas y Censos de la provincia, entre enero de 2010 y enero de 2011, teniendo en cuenta los precios promedios de alquiler de un local comercial en la ciudad de Paraná, estos subieron un 180,48% en el caso de un local dentro de los boulevares y un 27,34% en el caso de locales fuera de éstos. Podríamos decir entonces, que aquí hay otra incidencia para argumentar la suba en el precio del pan y justificar las diferencias entre unos locales y otros. Es decir, en el barrio sale más económico porque generalmente los locales son propios, o los alquileres son más bajos.

Nuestro amigo el Estado

Consideremos entonces factores como la intervención del Estado en este mercado, el comportamiento del sector externo y el tipo de cambio, para ver si podemos echar un poco más de luz sobre el tema. Entre 2007 y 2008, las políticas de intervención a nivel mundial se intensificaron, principalmente como respuesta al pico de los precios internacionales, siendo los principales rubros afectados los metales y los alimentos. En Argentina, a partir de 2007, el gobierno nacional introdujo un esquema para limitar las exportaciones de granos y sus derivados, acompañado de subsidios compensatorios que cubrirían la diferencia entre el valor de mercado internacional y los precios de abastecimiento interno.

En cuanto a la cadena del trigo, se implementó un régimen de compensaciones para aquellos molinos de trigo o usuarios de molienda que vendan en el mercado interno harina de trigo calidad triple cero ("000") en forma masiva o con destino al sector manufacturero para la elaboración de productos de consumo masivo. Se agregó al régimen durante el año 2010, la harina de trigo calidad cuatro ceros "0000". También se compensó de esta forma a los productores que comercializaron el trigo en el mercado interno. Solo en 2010 los subsidios a este sector representaron 534,7 millones de pesos. Hay que señalar aquí también un factor político, ya que en marzo de 2010 se disolvió la Oncca, siendo sustituida por otro organismo y pasando del Ministerio de Agricultura al de Economía, lo cual puso entre paréntesis la distribución de esos subsidios.

Se intentó así, aislar el precio interno de los productos de la dinámica alcista a nivel internacional, incentivar el agregado de valor en el mercado interno y preservar el poder adquisitivo de la población, en particular de los sectores de menores ingresos. En los dos primeros trimestres de 2010 el precio internacional del trigo bajó respecto a 2009, cuando el precio promedio estuvo por encima de los 200 dólares la tonelada, recuperándose notablemente a partir del tercer trimestre (238 dólares). Este incremento se debió a los efectos de la sequía en Rusia, por lo cual se cerraron las exportaciones desde ese país. En el mercado interno el valor se incrementó de 231,8 dólares Fob en enero de 2010 a 318,57 en enero de 2011, es decir un 37,4%. Por otra parte, respecto al tipo de cambio para los dólares estadounidenses en nuestro país, moneda que se utiliza mayoritariamente para las exportaciones, el precio varió de 3,84 pesos en enero de 2010 a 4,01 pesos en enero de 2010, un 4,4%.

Algunas reflexiones

Podemos decir entonces, que el incremento del precio del trigo a nivel internacional, sumado al atraso de las compensaciones, sería tal vez el factor de mayor incidencia en el precio del pan para el año 2010. Los panaderos dicen que la culpa es de los molinos que encarecen la harina y retrasan la entrega, los molinos dicen que es del gobierno por no pagar en término, los productores quieren vender a precios internacionales y no tener que esperar el subsidio. Agreguemos que la comercialización del pan tradicional se realiza generalmente a través de las panaderías, calculándose que en Argentina se cuenta con una panadería tradicional cada 1.200 habitantes, con lo cual, en 2010 se habrían contabilizado unos 33.000 establecimientos en todo el país y alrededor de 198 en la ciudad de Paraná.

Es así que los primeros resentidos en este tema, tienen razón en ser los panaderos, quienes no pueden generar stock del insumo, ni tienen mayor poder de compra al no asociarse para hacerlo en mayor volumen. En definitiva y finalmente, el precio se va trasladando entre queja y queja a quienes todos los días consumimos este producto, que representa nada más ni nada menos que el 12,6% de la Canasta Básica Alimentaria en Vigencia, después de la leche fresca y la papa. Tal vez el precio del pan nuestro de cada día, valdría una reflexión de los distintos actores de la cadena en conjunto con el Estado, para acercar una solución que nos beneficie a todos.