martes, 22 de febrero de 2011

La verdad de la milanesa

Por la ventana del colectivo, la semana pasada, pude ver en la vereda un pizarrón de esos que se usan en el barrio para promocionar cosas inexplicables y decir que vendemos algo. "Milanesas", rezaba el letrero, y más abajo continuaba, "más baratas que las de Cristina".

Sentada junto a la ventanilla una señora gordita de rulos pregunta en voz alta, "¿más baratas?, quién sabe si serán buenas". Otra mujer a su lado le responde, "habrá que ver. En mi barrio las venden y están buenas".
-Por mi casa no se consigue todavía- dice la gordita, y agrega, "la carne está carísima. Ahora es una lujo comer carne".
- Y si, ahora la bajan porque les dice el gobierno- argumenta la otra.
La conversación continúa y mi oído está intrigado por saber más sobre estas milanesas de las que no tenía noticias.
- Para mi que ellos nomás hacen los precios, sino cómo se explica que ahora los puedan bajar. Si dicen que algunos hasta bajaron los precios de otras cosas. O le dan carne mala o es verdad que lo pueden vender mas barato. Ellos nunca pierden, eso es seguro- concluye la gordita de rulos con un gesto entre indiganción y resignación.

El reflejo de los medios

Llegué a casa intrigada y con la ayuda del señor Google pude comprobar que, efectivamente, el 9 de febrero la Presidenta presentó el plan Milanesas para Todos. La iniciativa intenta revertir la escalada de precios sobre la carne y en especial, sobre este plato que tanto afecto cosecha entre los argentinos. Y yo sin enterarme.

La versión de Clarín, por supuesto, aseguraba que el producto no se conseguía en ningún lado a ese precio y hacía un comentario banal sobre lo dicho por la Presidenta. La de La Nación, estaba escrita más en un tono irónico de barrio que en el de una versión periodística. Los medios locales, por su parte, decidieron difundir una medida beneficiosa para la población y promocionar a los comerciantes que la aplicaban. El Once TV entrevistó, al personal de una carnicería que las vendía y aseguraban haber subido sus ventas, por lo cual bajaron el precio de otros cortes, cosa que también resultó positivamente. LT 14 obtuvo similares respuestas con sus móvileros. Después leí en diario Uno que el plan ya era un éxito en la región, que ahora están negociando con frigoríficos e hipermercados para hacerlo más masivo y que ya están pensando en hacer lo mismo con el pan.

Según mi pequeña investigación de mercado, en mi barrio el kilo del costeletas vale 25 pesos, el asado 22, la paleta sandwichera y la picada común 20, la picada especial 30, y según dicen, antes de Cristina la milanesa valía 28 pesos. Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, IPCVA, el asado vale 28,98 pesos, la picada especial 24,77 y la común 17,34 y el osobuco, que se supone es lo más barato, 12,56. En ese marco, bienvenidas sean las Milanesas para Todos o Milanesas de Cristina como les dice la popular.

Pensé que mi ignorancia sobre el tema se debe nada mas a que las buenas noticias no son noticia. Afortunadamente hay otros medios para informarse de las novedades, como el pizarrón de la carnicería del barrio o el comentario de las doñas en el colectivo. También es verdad que cuando existe algo barato, y ni que hablar si además es de buena calidad, la gente enseguida lo comenta.

Pensando... que no está de más

El carnicero del barrio contributó a la comunicación comunitaria, pero también es verdad que supo utilizar con inteligencia la propaganda espectacular que la Presidenta le brindaba gratuitamente para uno de sus productos. "Más baratas que las de Cristina", porque en principio ya todos sabemos o tenemos al alcance de la mano el precio de "las de Cristina". Por otra parte, utiliza el nombre como si solo existiese una mujer llamada Cistina en toda la república, aunque asociada con milanesas y con publicidad suficiente para que todos podamos saber á quién se refiere, debemos reconocer que es casi la única. Igualmente, no dice "mas baratas que las de la Presidenta", no, dice "las de Cristina". El nombre se instala con familiaridad refiriéndose a una sola persona, habiendo miles de referencias posibles, es algo que consiguen pocas personas.

A su vez, me queda picando la frase de la señora, "ellos nunca pierden", donde su duda respecto del por qué de la baja del precio se vuelve razonable. ¿Quién o quiénes entonces, se quedan con mas de lo debido en la cadena de comercialización de la carne? En enero de 2011 el precio promedio del kilo vivo en el mercado de Liniers es de 7,052 pesos, ¿cuanto gana el que transporta el ganado, el frigorífico, el transportista de la carne y el comerciante? Sabemos cuanto se le paga al productor, pero no sabemos que porcentaje les queda al resto de los integrantes de la cadena o cuanto le cuesta al productor desarrollar un kilo de carne. Hay muchos de estos datos que no están disponibles o al menos en el IPCVA no logro encontrarlos, ni pensar que todos podamos tener esa infromación al alcance de la mano.

Recuerdo un vez haber concurrido a un encuentro de Economía Solidaria, donde se hablaba de todo menos de precios o de los ingredientes para formar los precios. Creo que ese el problema de fondo aquí, nadie quiere habalr de plata, ni mucho menos que otros sepan cuanto gana. Si tenemos que saber cuanto le pagan a los de la AUH o a los del Argentina Trabaja, porque esa es "nuestra" plata y tienen que rendirnos cuentas; pero no tenemos porque darles explicaciones a los vecinos de qué porcentaje nos quedamos y en base a qué le cobramos lo que le cobramos. Pregunto desde mi ignorancia, ¿no será que ese también es una derecho del consumidor?

La verdad de la milanesa es que esta medida logró dos cosas, que los consumidores comencemos a preguntarnos cómo se forman los precios y que el comerciante experimiente que no se gana más subiendo los precios, sino bajando el precio y aumentando el volumen. Vender mas a menor precio, regla básica de la mayor cadena supermercadista del mundo Wal-Mart. El gobierno propicia esto. Eso para los que dicen que son "zurdos".

Podría seguir escribiendo sobre el tema, pero creo que hasta aquí el lector o la lectora ya me acompañó bastante. Será hasta el próximo viaje en colectivo.

miércoles, 16 de febrero de 2011

¿Por qué Conversaciones de Colectivo?

Hacía tiempo estaba pensando en este proyecto. Generalmente las ideas se posan en mi frente, tal cual mariposa revolotean y se van, sin dejar demasiados rastros pero incorporando a mi inconsciente esa fotografía, esa palabra o esa forma de proyecto.

Esta es una idea que revoloteó varias veces, y cada viaje en colectivo la renovaba. Finalmente, uno de estos días, mi padre comenzó a contarnos anécdotas de conversaciones que escuchaba en el colectivo, una novedad que desconocía y ahora está experimentando. Entonces, volvió con fuerza, y ya para quedarse, el nombre de este espacio.

Como lo indica el título, se escribirán aquí reflexiones generadas por conversaciones en el espacio popular del colectivo, ese lugar donde la gente mata el tiempo conversando de todo tipo de cosas. Allí se entremezclan comentarios de las noticias, chusmeríos del ámbito laboral o escolar, indagatorias de dos viejos conocidos que se encontraron después de mucho tiempo y circula información del clima, los precios, el fútbol, y, por supuesto, el servicio de colectivos o cualquier otro servicio público.

Se enredan y son convocados a cada instante, los valores, las opiniones, los prejuicios y las broncas convertidas en palabrotas. No hay mas moderación que el pudor de cada uno y el significado de la palabra respeto que cada viajante o usuario lleve sobre sus hombros. Algunos hablan como si estuvieran solos y nadie mas escuchara y otros consideran apenas la existencia de los demás para luego largarse a hablar desenfrenadamente. La mayoría somo escuchas reflexivos de una radio que no elegimos ni sintonizamos, pero que es una de la más abiertas y democráticas.

En mi corta edad pero larga vida, experimenté el viaje en colectivo desde diferentes lugares y puntos de vista, como estudiante primaria, secundaria y univeritaria; como laburante de la actividad pública y privada; como scout; como deportista; como madre; como novia; como niña, adolescente y adulta; como mujer que simplemente viaja en colectivo. De esas experiencias y tantas otras que estarán por venir, tomaré la materia prima para escribir mis notas.