miércoles, 23 de marzo de 2011

Alguien que no está

Ya ayer por la noche en el colectivo, dos gurises venían comentando una charla sobre los derechos humanos y la conmemoración del 24 de marzo de 1976 en la que estuvo uno de los tantos nietos recuperados. Como parte de una generación que nació con las sombras, asistió a al amanecer democrático, durmió la siesta liberal en los 90 y se admite protagonista de una tarde esperanzadora; solo me resta decir muy poco.

Nosotros, al igual que aquellos jóvenes de los 70 a los que representan Néstor y Cristina, somos sobrevivientes, somos esternautas de nuestro destino. Ellos por permanecer con vida y no claudicar a sus sueños, nosotros por estar vivos, reconstruir nuestra identidad y comprometernos en ser protagonistas de nuestro futuro y el de nuestros hijos. No tengo palabras verdaderamente para expresar todos los sentimientos y emociones que se mueven en mi interior al pensar en la total dimensión de lo que significó el proceso para nuestra historia.

Simplemente me surgen y escribo estas palabras:

Hay alguien que no está,
alguien que no supo que no iba a estar.

Alguien lo llama hoy, lo necesita, lo busca.
Trata de aferrarlo y definirlo.

Hay un vacío entre ellos
ya imposible de llenar por la presencia.

Hay un espacio que se llena
con lo que nadie sabe, lo que nadie entiende,
solo ellos y alguien,
alguien que no está.

lunes, 21 de marzo de 2011

Docencia por la negativa

Hoy hace dos semanas, en la parada del cole una gurisita con sus dos trenzas esperaba ansiosa la llegada del transporte que la llevaría a las aulas, al parecer por primera vez. Una vez que subimos, en tres o cuatro pardas más se repitió la suba de guardapolvos blancos y uniformes, además de algunas y algunos profes con sus infaltables portafolios.

Esta mañana, un grupo de gurises en el último asiento portaban con gusto remeras que los identificaban como estudiantes de escuelas técnicas. Comentaban sobre el uso que les están dando a sus netbooks en la escuela, los juegos que los entusiasmaban a sacar cálculos, a construir virtualmente, a resolver problemas y buscar información. Mi escucha atenta, era interesada pero también revestía algo de sana envidia, debo admitirlo. Para una generación que accedió al televisor junto con el ingreso a la escuela y que pensar en computadoras era algo de ciencia ficción, estas herramientas maravillosas que hoy se les posibilitan a nuestros gurises son realmente para envidiar.

A quién le importa la educación

No obstante estas herramientas y tantas otras cuestiones que se van mejorando respecto a educación, unos asientos más allá una maestra expresaba sus quejas a viva voz con otra colega. La compañera, al parecer no muy convencida, se limitaba a una escucha indiferente que solo obtuvo un gesto de cierto enojo cuando la otra dijo que a nadie le interesa la educación. “¿Y nosotros que somos?”, dijo la hasta entonces oyente. “¿O los que hacemos todos los días no cuenta?”, agregó. La discursera fue terminante: “Pero a nadie le importa”.

Estas frases me llevaron a reflexionar respecto a la importancia que le damos a la educación los argentinos y los entrerrianos en particular. Este año, el gremio mayoritario en la representación de los docentes entrerrianos Agmer (Asociación Gremial del Magisterio), decidió comenzar el ciclo lectivo con un NO. Como todos los años desde el 2004, el gobierno provincial realizó un propuesta para elevar el salario mínimo de bolsillo de 1.840 pesos a 2.300 pesos, una suba nominal del 25 por ciento, más un incremento en el Fondo de Incentivo Docente, de 50 pesos. También se incrementó el valor del punto índice de 0,9842 pesos a 1,2303 pesos.

Haciendo memoria

Para tener una cabal dimensión de los que significan estos números, me parece acertado hacer un poco de memoria de al menos una década sobre este tema y sobre algunos de estos datos. En 2001 todos los trabajadores, no solo los de la educación, cobraban su salario en bonos federales. En el 2002, el inicio de clases se retrasó 60 días. En el 2003, cuando el gobernador aún era Sergio Montiel, al 27 de mayo Entre Ríos era la única provincia del país que no había comenzado las clases. Con la presencia del entonces reciente presidente, Néstor Kirchner, se solucionó el tema y los docentes volvieron a las aulas.

En el 2004, ya con Jorge Busti en la gobernación, a menos de tres meses de gobierno se abonaban los sueldos en tiempo y forma, en pesos -no en bonos devaluados- y se ofreció efectivizar el pago antes del inicio del ciclo lectivo. También se les pagó aguinaldo en diciembre, el salario doble en enero y se abonó con los sueldos de febrero la ayuda escolar; restituyéndose también códigos descontados, adicionales y aumentando las partidas destinadas a los docentes. Además se hicieron algunas inversiones de reparación en más de 800 escuelas y se reinició el diálogo.

Salario mínimo y punto índice

En septiembre del 2003 el salario mínimo de bolsillo de los docentes entrerrianos, era de 660 pesos, a enero de 2005 la suma ascendía a 906 pesos. En 2006 el gobierno propuso 750 pesos en el período comprendido entre marzo y junio, 770 de julio a noviembre y 800 a partir del mes de diciembre. En 2007 el mínimo de bolsillo inicial fue propuesto en 1.040 pesos desde marzo y 1.100 en septiembre. En 2008, la propuesta alcanzó 1.290 pesos; en 2009 a 1.490 pesos; en 2010 a 1.740 pesos en marzo y 1.840 pesos a partir de julio. Como ya lo dije antes en 2011 el sueldo mínimo del docente ascendió a 2.300 pesos.

En cuanto al punto índice, que es el que indica los valores de las horas cátedra, en 2006 se propuso la elevación del valor del punto índice a 0,30 pesos. En 2007 el incremento fue propuesto en julio y octubre para llegar a un valor de 0,48 pesos, en septiembre la negociación cerró con la elevación del punto índice a 0,495 pesos. En 2008, se incrementó de a 0,57 en marzo y 0,62 en julio. En 2009 ascendió a 0,7470 y en 2010 a 0,9842 pesos. En 2011 como ya indiqué la propuesta se concretó en 1,2303 pesos.

A pesar de esto, pocas veces las clases comenzaron con normalidad y los paros se sucedieron a lo largo de los ciclos lectivos. Entre 2004 y 2007 cada vez que el gremio rechazaba la oferta, el gobierno provincial dejaba sin efecto el aumento propuesto y descontaba los días de paro. Desde la asunción de Sergio Urribarri, el gobierno cambió su modalidad dejando en firme los aumentos a pesar de las negativas reiteradas de los gremios y solo manteniendo los descuentos de los días de huelga. También a lo largo de la gestión de Jorge Busti, los funcionarios de arquitectura mantuvieron reuniones con el gremio por el tema infraestructura y en la gestión Urribarri se agregó el tema viviendas y comedores.

En el presupuesto

Desde Nación se destinan más de 6 puntos porcentuales a educación cuando la constitución establece el 6 por ciento y antes de Néstor Kirchner ese porcentaje era de 2 por ciento. El financiamiento en educación debe estar conformado según mandato constitucional en Entre Ríos “como mínimo por el 28 por ciento de las rentas generales disponibles y los demás recursos que la ley establezca” (artículo 268º de la nueva Constitución provincial). El proyecto de presupuesto elevado a Diputados por el Ejecutivo provincial para el 2011, previó destinar el 39,77 por ciento de rentas generales al sistema educativo, al que se suman otros recursos asignados por leyes específicas.

Educación tiene un presupuesto total para 2011 de 2.998 millones de pesos, lo que nuevamente es una proporción récord. En 2009 esa cifra alcanzó alrededor de 1.887 millones de pesos y en 2010 2.178,65 millones.

No positivo

Creo entonces, que la frase de la docente “a nadie le importa”, se debe tal vez a una falta de autoestima del sector docente por su trabajo o tal vez a una imposibilidad de ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío. También me parece propicio mencionar la segmentación de sectores que impulsaron los 90 y decir que los gremios no escaparon a ella. Es por eso que mucha gente cree que “a nadie le importa” lo que hacen mas que a ellos, que solo ellos tienen dificultades que afrontar y que son el último orejón del tarro. Considero que algunos docentes tienen hoy ese discurso y no hacen otra cosa que hacer docencia por la negativa.

Lo no positivo es una definición endeble, sin convencimiento. No quiero esto, pero no sé lo que quiero. Tal vez eso es lo que una parte de la docencia ha olvidado hoy, la necesidad de acunar sueños, de tener objetivos, de luchar por convicciones e ideas y no solo sueldos, edificios y bancos. Eso es quedarse en lo anecdótico, perdiendo de vista la defensa de la educación pública y dejando de recrear las formas de lucha, las diversas oportunidades de expresarse y las diferentes ideas que pueden ser llevadas a la práctica sin necesidad de mas dinero (aunque no creo que deban de dejar de pelear por mayor presupuesto).

Mi convicción es que la educación es un problema de todos y no solo de esos padres que cambian a sus hijos a una escuela privada porque en la pública siempre hay paro. El Estado deberá asumir sus responsabilidades, pero también el gremio docente deberá dar cuentas de lo propio, porque si hacen una paro solo “porque este es un año electoral y tenemos que sacarle provecho”, es porque realmente la educación pública les interesa muy poco. Si considero que los maestros deben de tener la heladera llena para trabajar dignamente, pero también digo que la actitud con que nos paramos frente a las problemáticas es parte de la solución de las mismas. Tal vez los sucesos ocurridos por estos días con el compañero Moyano deberían hacerlos reflexionar para darse cuenta a quienes son funcionales.

Hasta aquí llegué. Será hasta la próxima parada.